9 de octubre de 2009

El Licenciado Zambusetti marchó por la libre expresion

Eramos 7 mil almas, aunque transportadas por unas 500 personas. En total, sumabamos 7500 unidades fisicas y espirituales los que nos dimos cita para defender a las instituciones señeras de la Patria,como son el diario Clarin y almorzando con Chiqui Legrand. Nos convoco el filosofo y rabino Bergan, desde su portal el ojetecivico.com, a la Plaza del Congreso para decirle ¡no¡ al stalinismo audiovisual. Algunos marchamos con mascaras, otros con barbijos sobrantes de la epidemia de gripe A, queriamos simbolizar mordazas puestas por esta dictadura, que se atreve a mandar al Parlamento semejante ley totalitaria, en detrimento de las mas sagradas tradiciones de la concentracion empresaria.
Algunos fueron a la marcha con sus niños, quienes en su santa inocencia preguntaban si estabamos en Halloween o en Carnaval. ¡Ah, juventud divino tesoro¡ No os imaginais que estamos luchando para que podais seguir viendo el cartoon network y para que Mario Bros no sea reemplazado por Anibal Fernandez. Se incio el acto, y luego del extraño orador Castells, bramamos de regocijo civico, cuando Alfredo Dangeli, nuestro heroe sojero, defendio con vehemencia la libertad de expresion, a tal punto que amenazo con linchar a los Senadores que se atrevan a votar a favor de la ley K. Eso es poder de sintesis, para que dilatarse en metaforas y elipsis, si queremos transmitir un claro mensaje democrático, de lo que les espera a los que le hagan el juego a los populistas. Y finalmente hablo él, el referente, nuestro luminoso gurú de las cacerolas, quien enfundado en ropajes pret-a- porter, y luciendo su kipá florido y chic, comenzo a emitir una a una sus frases y juegos de palabras que siempre nos dejan pensando: "La ley de medios, nos quiere sacar del medio", "Es mejor un funcionario fiel, que uno fiel a su partido politico", "No es lo mismo que los medios se achiquen y solo se pueda ver canal 7, que solo mirarle el medio del siete y el canal a una chica". La multitud cavilaba cada una de las palabras, en un estado de profundo reflexion, semejante al que viví sindo muy niño, cuando Carlitos Bala, inducia a la multitud al estudio de la metafisica del cloruro de sodio: "¿que gusto tiene la sal?" preguntaba, y el publico contestaba "saladoooo y Ea-ea-a-pe-pé¡¡".
Finalmente el rabino, se coloco en su boca, una enorme cruz de cartulina roja, para cerrar su brillante pieza oratoria, y ya no fue posible explicarle a un niño en brazos de su padre, que no se trataba de un payaso amigo de Piñon Fijo, sino del mas lucido exponente del sentido comun republicano.
(Por el Licenciado Zambusetti Petorutti Ortibon. Todos los derechos reservados).

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