22 de abril de 2007

Teletubismo, agrande lilistico y estrategia pingüinal

Telerman está en plena seducción de su rolliza partenaire. Le dio sillón a un lilito en Medioambiente y visto bueno para un interbloque en la legislatura. Pero nada parece bastarle a la bulímica pitoniza. Si se atienden sus últimos dislates, pareciera que sobrevuela un espejismo triunfalista, como si los pocos puntos que aporta (aunque indispensables para asegurarle a Georgette el ingreso al ballotage) pudieran traducirse en una victoria de la secta coalicional en octubre.
Además se da el lujo de marcarle prepotentemente la cancha a su aliado, aunque saboteé su propio acuerdo, diciendo que "asume un riesgo" porque no encabeza la fórmula un arista: In-so-por-ta-ble.
Por otro lado ¿Qué le conviene más al pingüinismo en caso de quedar afuera de la segunda vuelta porteña?.
Escenario 1:Gana Mauri.
Se pone en marcha el tren fantasma con un Ingeniero de pelo blanco y una carpetita como fogonero, en los vagones se suben muertos vivos de los ´90 que cacarean un realineamiento de fuerzas. Por otro anden Lavagna, recien salido de su cascarón de procer, pide un empujoncito para su candidatura. Los muchachos de Alfonsin, fruncen la nariz por Macri, pero solo un poco, todo sea por la Patria.
Escenario 2: Gana Teletubi.
Carrió más soberbia que nunca, se adjudica todo el mérito de la victoria y presiona sin cesar al bueno de George para que embista a K. Suma al rejuntado cívico a "ex pecadores", que bañados en agua bendita de Bergoglio, vuelven por el camino del bien y son cobijados por la nutricia chaqueña (ya se dio con Nicolas Gallo, ex recaudador de las coimas en el senado, según Lili, y hoy uno de los aceptados en el arca de los puros).
Ninguna de las consecuencias desagradables deberían inquietar en demasía al matrimonio pingüino, de cara a octubre:
1) Macri ganador porteño no puede saltar el charco a la candidatura presidencial sin prenderse fuego. La morsa Murphy no sale del gheto antediluviano. Sobisch pasó a mejor vida. Puerta no gana ni en Misiones. Lavagna, aún con apoyo de un Macri vencedor, no puede seriamente apostar a ganador con Storani, Moreau y Don Raúl colgados de su tono monocorde.
2) Carrió- madre de la victoria en la Ciudad, solo puede aspirar a sumar el voto testimonial de minorias "ilustradas", lease gorilas snobistas, otrora golpistas, hoy evolucionadas en la escala zoologica, a una suerte de fundamentalismo republicano, absolutamente hipócrita por supuesto.
En conclusión, una victoria del contrismo en la Ciudad no va a torcer el resultado de octubre. Sin perjuicio que despues de las nacionales, el panorama difiera según quien sea el ganador porteño.
Entre un Macri alcalde, indiscutido en su espacio, y dos egos que se recelan entre si, y que entraran en conflicto en caso de vencer en la Ciudad, no parece dificil optar por el mal menor.

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