MASSA,RANDAZZO Y URTUBEY, UNA DELANTERA QUE NO TIENE PISO

Más vale tarde que nunca, he aquí algunas modestas reflexiones sobre la expansión del ántrax amarillo en las últimas elecciones.
Los ceoliberales consiguieron superar el simbólico 40% de los votos en las Legislativas y se sienten legitimados para iniciar a como de lugar un programa de “reformas” (léase: un retorno a  noventistas “modernidades”). La flexibilización laboral (sería por sectores, para atomizar la resistencia gremial que pueda suscitarse); menor presión impositiva para los ricos; y más a largo plazo, la reprivatización previsional, cuando la caja de ANSES se vaya agotando.

¿Y qué sucedió para que los yellows, tras un pésimo comienzo de gestión durante 2016 e inicios de 2017, pudieran renovar las expectativas en más de un 40% de los electores? Pues la deuda externa sucedió.

Tomando deuda en forma febril consiguieron justo a tiempo, tras una debacle de todos los índices, una cierta pax económica-financiera fundamental como para estabilizar la nave escorada.

Eso les permitió en primer lugar, exhibir rebotes económicos que acomodaron sus números con mayor fuerza a partir de junio-julio de este año. O sea, en forma oportunamente muy cercana al comienzo del calendario electoral, como para endulzar las expectativas en varios sectores.

En segundo término, la deuda les facilitó financiar el managment amarillo que saturó con obras, obras y más obras rápidas y visibles, todos los aglomerados urbanos y sus periferias. Obra pública en su mayoría de reparación y conservación de la ya existente, y en menor medida, nueva.  
Esta inversión estatal, a falta de la privada, coadyuvó en forma decisiva a impulsar esos rebotes económicos, y proyectó en el imaginario social la idea de cierta ejecutividad de gestión en los ceócratas, a la vez que recuperó en buena parte, los golpeadísimos índices de ocupación que padecieron los obreros de la construcción el año pasado.

Y en tercer lugar la deuda posibilitó el restablecimiento del crédito hipotecario en la clase media plena, y la oferta masiva de créditos de consumo en las clases medias bajas y bajas, jubilados y beneficiarios de planes sociales.

Todo ello por supuesto, hermoseado y sobrevaluado por un marketing político tan eficaz como simplón, que transmitió a buena parte de la sociedad dispuesta a aceptarlo, que “lo peor ya pasó”.

Este mundo feliz macrista logró tapar para su electorado, los enormes desequilibrios macrieconómicos que peligrosamente se van agudizando con el correr del tiempo (déficit comercial record; déficit fiscal agravado por intereses de la deuda crecientes; bola de nieve de las biciLEBACletas, engendro instrumentado supuestamente para frenar una inflación que no cede nunca y se mantiene en un 23/25% anual).

Invisibilizó también la Pro-paganda oficial, los indisimulables indicios y pruebas de mafiosidad pasada y presente de la Ndranghetta macrista. Mientras tanto, se le otorgó mediáticamente el monopolio de la corrupción al kirchnerismo.

Si hasta los empresarios coimeros, ya sea macristas o devenidos macristas, fueron librados expresamente de culpa por TV por Disney Carrió, en una apoteosis de la doble moral de esa farsante oficialista.

Y obviamente el votante amarillo, soslaya todo rasgo de dictablanda del gobierno que respalda, como las miserables operaciones para culpabilizar a la víctima de la represión de la Gendarmería en el caso Santiago.

Al que ahora se lo presenta perversamente como “un hippie que se ahogó por boludo”. En lugar de hacer respetuoso silencio, sobre todo ante la eventualidad de que se esté ante un nuevo caso Ezequiel Demonty.

Hablando de tapar, ni hace falta recordar la contribución al triunfo macrista por parte de la pautada Patria Periodística, que se encolumnó sin fisuras con el modelo amarillo, en un grado de periodismo militante digno de mejores causas.

Asimismo, trabajando en tándem con la Task Force de Comodoro Pro para perseguir y demonizar a la conductora del peronismo kirchnerista, consiguió no tanto esmerilar a su electorado convencido, sino impedirle acordar con otros sectores peronistas.

Es que estos haciendo una lectura supuestamente pragmática, a tono con con la omnipresente bajada de línea de los medios, “jubilaron” políticamente a CFK, y excluyeron todo lo que huela a cristinismo de sus armados en la mayoría de los distritos.

Esperaron con ello el derrumbe político de la Presidenta doble mandato cumplido. Y a la inversa, obtener buenos resultados como peronistas dadores de gobernabilidad, bautizados como “racionales” por los editorialistas oficiales.

Empero, algo falló en todos esos cálculos, sobre lo cual volveremos.

En conclusión, el 41 y pico por ciento que votó amarillo, lo hizo en su mayoría sin euforia ni épica. Votó con cierta expectativa de que estos tipos saben lo que hacen y que los ajustes que tengan que hacer, lo harán en forma “gradual”.

Gradual como el 12% de aumento en las naftas al día siguiente de las elecciones, o el centenar de despidos graduales de Unilever a las 48 horas.

El 41 y pico renovó su confianza en Macri.

Y Durán Barba que es ateo, le pide a Dios que les conserve la inocencia.  

CRISTINA ALMAFUERTE:

La morocha indómita peleando en soledad con una nueva fuerza y un puñado de intendentes conurbanos y algunos del interior bonaerense,  se enfrentó al poder de las nutridísimas cajas oficiales, y el formidable aparato de propaganda oficial, y logró un imposible de despreciar, 37,25% de los votos.

Fue su 12° elección, de las que ganó las 11 anteriores, electa y reelecta Diputada Provincial por Santa Cruz, Diputada Nacional, y Senadora por Santa Cruz y por Provincia de Buenos Aires; electa Convencional Constituyente de la Constitución Nacional, y Convencional Constituyente de la Constitución Provincial santacruceña; Presidenta en 2007 con el 45,3% (contra el 22% de la rencorosa Walt Disney), y Presidenta 2011 con el 54,4% de los votos (contra el 16% de Duermes Binner; y  ganadora de las Primarias 2017.

Sufrió el domingo pasado su primera derrota, por escasos 4 puntos en la polarización del inmenso padrón electoral del principal distrito del país.

Un revés que en las adversas condiciones narradas, no reviste el carácter de contundente ni mucho menos definitivo.

En suma la morocha irreductible logró el voto de 3 millones y medio de bonaerenses.

Es por lejos la opositora más votada de todo el país. Asimismo los candidatos que se referencian en el peronismo K en varios otros distritos, lograron obtener más bancas que las que arriesgaban.

Y con esos datos duros, que lejos queda la jubilación política que tanto le auguran sus enemigos.

  

MENOS MASSITA QUE NUNCA:

Por el contrario, varias luminarias del peronismo colaborativo, poco menos que recibieron formularios ya completados para su retiro de cualquier carrera presidencial.

Es el caso de Sergio Tommie que del 44% de los votos (4 millones) baja en cuatro años al 11% (poco más de un millón de votos).

Una merma de 33 puntos porcentuales, de por sí demostrativa de su fracaso con su avenida del medio, intercambiando figuritas y siempre funcional al ceoliberalismo, con quien sostuvo una relación zigzagueante de amor-odio.

Para peor, en alianza catrascal con el pro-gresismo aberrante de Stolbizer.

Y no se sabe quién de estos dos loosers fue más piedra recíprocamente con el otro.

Pues al desastre de STM, se le suma la total orfandad de cargos para (a)Marga y su tropa, quienes deberán procurarse un empleo honesto. Por supuesto que estos nuevos desocupados, esperan que venga a salvarlos algún ofrecimiento generoso del amarillismo, que de paso se fagocitará también los restos microescópicos del GEN.

Por su parte todos los intendentes “massistas” después del magro 15% de las PASO, dieron via libre a un desenfadado delivery de corte de boleta en el tramo nacional en favor de Cambiemos.

Ni siquiera con ello salvaron la ropa, salvo Andreotti en San Fernando que ganó en el tramo local, y que (por ahora) no precisa pintarse de amarillo para conservar su municipio.

Distinto es el caso del Intendente de Tigre, Zamora, quien perdió con su boleta municipal con el oficialismo.

En tanto que el tramo nacional con la foto con las caripelas de Seryi Tommie y (a)Marga salió…tercero.

Massita perdió hasta con su odiada Cristina en su distrito nodriza.

Lapidario.  

 

NI EN CHIVILCOY GANÓ (TENÍA RAZÓN SECCO):

El proyecto personalista de Aníbal Florencio llegó a su techo: 5%. Si bien es meritorio que Pelotazzo haya conservado la mayor parte de los votos de agosto (sólo perdió alrededor de 60 mil) no podría asegurarse que este sea su piso, ya que los que lo acompañaron en su descarrilada aventura se quedaron todos afuera, con la salvedad de Bali Bucca.

Si prima en ellos la autocrítica y la racionalidad, jamás volverán a integrar una boleta con semejante piedra calcárea encabezándola, que no ganó ni siquiera en su pago chico chivilcoyano.  

De la decena de intendentes que siguieron con Floripond, todos perdieron en el tramo nacional de la boleta. Incluso Marcos Fernández de Monte Hermoso, quien pudo retener el predominio municipal.
Un caso curioso es Echarren de Castelli, quien ganó con su boleta local “randazzista”, pero  llamó a votar por Cristina Kirchner en el tramo nacional.
Por su parte Katopodis, tras tantas panquequeadas en su breve carrera política, esta vez no lo salvó ni el corte de boleta. Sacó apenas el 12% y ve peligrar su Concejo Deliberante.
Por su lado, Zavaleta de Hurlingham volvió a aliarse al kirchnerismo a los 40´del segundo tiempo, lo cual resultó tardío como para revertir la derrota.

 Los Navarro, Chino padre y Chinito hijo, resultaron quintos detrás del trostkismo, y se quedaron respectivamente afuera del Senado Provincial bonaerense y del Concejo Deliberante de La Matanza. 

Similar desventura padeció Abal Medina: quinto y arafue. Abalito negocia sotto voce, y por ahora sin suerte, con el vidalismo para ser designado en algún rentable cargo como Defensor del Pueblo, o lo que pudiera pintar.

Si bien debe demostrar la fe de los conversos, no brindó con champagne por la detención de De Vido, por un pequeño detalle en el organigrama administrativo.

Es que Abal fue el Jefe de Gabinete que avaló con su firma la asignación presupuestaria a la UTN para los estudios de factibilidad de la mina y usinas de Río Turbio. Forzado motivo por el cual Comodoro Pro avanzó contra el ex ministro de Planificación con insusitada –y politizada- rapidez.

Abalito relax, que Ud. no es un blanco importante de la revancha y el disciplinamiento gorila.
Si suben en la cadena de mandos es para ir por CFK. 

Tal vez incluso lo salteen a Ud. como si nunca hubiese existido.

Total a esta altura ¿Qué le hace una mancha antijurídica más al brazo amedrentador de opositores de Comodoro Pro?

 

EL NIÑO JUANMA NUNCA SERÁ PRESI (VICE TAL VEZ SÍ):

Advertíamos luego de las PASO que el candidato de Urtubey –que no es peronista sino Renovador salteño- había sido el tercero más votado, y que por ello el Niño Juanma no debía tirar manteca al techo para festejar la sumatoria de sus seis candidatos imponiéndose en dichas Primarias. 

Pues bien, el domingo en las Legislativas el urtubesismo cayó pesadamente a manos de Grande, el candidato macrista, y por poquísimos votos superó a Sergio Leavy, el candidato kirchnerista e Intendente de Tartagal, con quien despreció hacer un armado.

 Y así le fue: asistimos al adiós prematuro del desmesurado sueño de grandeza del Niño Juanma.

La Casa Rosada le quedó más lejos que Saturno (salvo que en el colmo de la genuflexión, pueda ofrecerse con éxito como candidato a vicepresidente de Mauricio 2019).

 

LIGA DE GOBPERDEDORES:

Patéticas derrotas sufrieron Schiaretti, Peppo, el riojano Casas y Bordet. Todos macri´s friendly, que lejos de cosechar por su docilidad con Olivos, fueron castigados por la expansiva ola neoliberal amarilla. 

Sólo Uñac de los amigables logró triunfar en San Juán, merced a contener a todos los sectores peronistas. 

Por su parte otro ganador, Manzur, que estaba enfrentado con Olivos, ofrece ahora una mano negociadora (interesada en un reparto mayor de partidas presupuestarias, obviamente). 

Hoy por hoy la coyuntura opositora regala al ceoficialismo, divisiones, fracturas, agachadas, mezquindades y debilidades de sus supuestos competidores. Todo ello impide una sumatoria virtuosa del panperonismo, como para empardar ese 40 y pico de Cambiemos, opacando cualquier alharaca y globobailecito triunfalista.   

Por el contrario, el actual berenjenal alimenta la soberbia de los yellows. Confían en que, de continuar gozando de la canilla libre de la deuda externa hasta el 2019, y de no cometer errores groseros en su “gradualismo de ajuste”, podrian quedarse ocho largos años en el poder.

Y seguir haciendo mega negocios para beneficio de la ceocasta, endeudando y arruinando todo lo conseguido en el ciclo histórico redistribucionista de 12 años y medio.

El cual, con sus luces y sombras, volverá a reivindicar algún día el humor social de la mayoría, luego de transitar el camino sentirse estafada y defraudada, una vez más, por la aplicación del recetario ortodoxo de transferencia regresiva de la riqueza.
La voluble clase media que en buena parte vota ahora amarillo, hace poco más de 15 años martillaba las persianas de los bancos, tras la implosión de similares políticas a las actuales, por el corte abrupto del crédito externo.
Y mientras sucede un nuevo ciclo ascendente y endeudador  del viejo neoliberalismo, habrá que cargar más cantimploras con agua cristinal -la de mejor sabor opositor-en el oasis de los Ciudadanos Unidos.

El desierto amarillo podría ser más extenso de lo previsto.