14 de noviembre de 2007

Frazada corta

Bajar fuertemente la pobreza es un objetivo primario para Cristina y el principal medio para lograrlo es que el PBI y la creación del empleo continuen fuertemente hacia arriba (sin desacelerar a la Prat Gay). Empero, se ha visto que ello por si solo no alcanza. La inflación de alimentos de la canasta básica, no detiene su alza, y tal vez un pacto social sea insuficiente para compeler a los formadores de precios de la concentrada cadena productiva alimentaria a frenar su implacable carrera por aumentar sus margenes de rentabilidad.
Se sabe que se exporta mucho de lo que se consume internamente y que estos productos cada vez se valorizan más fronteras afuera, esto obliga al Estado a buscar un harto dificil equilibrio para frenar abusos en el mercado interno, sin desalentar la ola exportadora y sin provocar desabastecimiento.
La politica de dolar alto, indispensable para salir del abismo en el que nos arrojo la ortodoxia monetarista, se se ha topado con una problemática frazada corta que debe resolverse si se pretende seguir avanzando en la inclusión social.
El pacto social puede ser un buen instrumento para frenar expectativas inflacionarias en un lapso determinado, pero solo políticas estatales activas que lo complementen y estrategias de desarrollo nacional a mediano y largo plazo, podran asegurar su perdurabilidad para pasar a una siguiente fase de economia emergente en expansión.
Mientras tanto el buitrerio financiero y sus voceros siguen agitando el fantasma del Rodrigazo post-Gelbard, para condicionar aumentos salariales pactados y frenar la recuperación de la renta trabajadora en el reparto de la torta.
Que sea una más de su larga lista 2002/2007 de profecias apocalipticas incumplidas.

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