Hoy dejamos un ratito de lado la política, motivados por una noticia que podria ser clave para salvar al animal más emblemático de la fauna argentina: el yaguareté.
Además del entrañable proyecto de Parque Nacional La Fidelidad, que protegerá miles de hectáreas de bosque chaqueño casi puro, tambien hábitat de parte de la reducidísima población de estos felinos, concluyó un estudio científico para llevar a cabo un ambicioso proyecto en Corrientes.
La idea es reinsertar yaguaretés en los esteros del Iberá, lo cual podría incrementar en un 50%, a largo plazo, el actual remanente de ejemplares vivos en su hábitat, que se calculan en no más de 200.
Este número coloca a la especie en casi inexorable futuro de extinción, y obliga a la intervención de su verdugo humano para salvarlo.
Leemos en el portal del Argentino:
-"Un estudio que evaluó la posibilidad ecológica de la reintroducción del yaguareté en los Esteros del Iberá determinó que el hábitat puede admitir más de 100 ejemplares. Aunque parezcan pocos, la cantidad es relevante respecto del total de yaguaretés en la Argentina, estimados en unos 200 animales, ya que implica que el Iberá puede brindar un hábitat suficiente para incrementar en un 50% la población actual de la especie en el país.
El centenar de nuevos yaguaretés es “un potencial a largo plazo, de décadas, pero aún una población muy pequeña sería muy importante para restaurar la función relevante que cumplen los carnívoros en el ecosistema”, dijo Carlos de Angelo, investigador del Instituto de Biología Subtropical de la Universidad Nacional de Misiones-CONICET.
El investigador afirmó que la reaparición del gran carnívoro en el Iberá “va a tener impacto mucho más rápido en la restauración del ambiente”. Un plan de restauración de fauna autóctona extinguida en el Iberá de la entidad Conservation Land Trust (CLT), dueña de 130 mil hectáreas en la región, YA LOGRÓ reinsertar al oso hormiguero y al venado de las pampas, y prevé replicar la exitosa experiencia con el yaguareté.
Usando datos de densidad de yaguaretés procedentes de otras áreas similares de América, De Angelo estimó que “la población núcleo de jaguares reintroducidos en el Iberá podría llegar a conformar tres subpoblaciones con un total de entre 25 y 157 individuos, y un valor medio estimado en 90 animales”.
Sumando a estas áreas núcleo el hábitat secundario o periférico, “podemos suponer que la cuenca del Iberá podría llegar a sostener en un futuro a una población de más de 100 individuos adultos”, calculó.
“Es un desafío muy importante restaurar una especie y resultará un ensayo del que vamos a aprender mucho del ambiente con la presencia de su gran depredador, que seguramente cumplía un rol relevante”, enfatizó De Angelo.
El científico precisó que “la función de los grandes depredadores es hacer regulación de arriba hacia abajo”.
Así como “los ciervos y los carpinchos están limitados por la cantidad de vegetación –regulación de abajo hacia arriba–, el predador carnívoro que come herbívoros hace que la vegetación soporte menor presión, lo que le da oportunidad a otras especies de estar en el ambiente”, planteó. Asimismo, “otras presas del yaguareté que son carnívoros medianos, como zorros y gatos monteses, también disminuyen y, normalmente, las aves se benefician”.
El estudio concluyó que el área óptima para la permanencia de la especie en el Iberá abarca 250 mil hectáreas, en tanto, otras 420 mil periféricas son aptas para refugios y corredores. Esto crea una enorme superficie continua dentro del Iberá, donde los yaguaretés podrían vivir sin entrar en contacto o posible conflicto con cazadores, ganaderos o núcleos humanos.
Esas 670 mil hectáreas corresponden a la suma de territorio público y privado, integrado por los terrenos fiscales propiedad de la provincia de Corrientes y las propiedades de CLT. Los tres desafíos que demanda el proyecto son el manejo de la relación con los pobladores, los aspectos técnicos de la reinserción de los ejemplares y la disponibilidad del hábitat.".
Son 6.700 km2 de humedales, pastizales inundables e isletas de monte, en muy buen estado de conservación, donde podria volver a escucharse el rugido del Yaguareté, tras más de medio siglo de la vergonzosa caceria del último de su especie, que vivía en esa región.
Ojalá en pocos lustros, folletos turísticos publiciten excursiones a la reserva natural del Iberá, con una foto de este soberbio félido.
La zona sería entonces reconocida mundialmente, mucho más que en la actualidad, como paraiso para el ecoturismo.
Los esteros donde renació el yaguar.
12 comentarios :
Polito el yaguareté se puede salvar, pero quien se ocupa de la fauna más amenazada: la ballena Carrió, el pony Duhalde o el cuis Alfonsin, sin ir más lejos?
No por esas especies no se puede hacer nada, ya son fósiles para un museo, Sagardúa.
De los bichos mencionados al final que se ocupen los que fabrican balanceados. No puede ser que no tengan ninguna utilidad.
jajajaj, bien dicho.
Don Ram, con esos bichos mencionados por el amigo Sagardúa no es aconsejable ni siquiera hacer balanceados, son más dañinos que el glifosato vea...
33 km2 para cada yaguareté? Pero que en vez de poner 200 pongan el doble, yo viví un montón de años en un depto. de 1 ambiente lo más bien y este gato mafioso tiene pretensiones de espacio?
Tenes razón, Polo. El mapache lanaticus se conforma con un pisito en barrio norte y un pequeño estudio en radio Mitre.
Pero el Yaguareté es un bicho inocente y el mapache Lanaticus es depredador (que lo digan los trabajadores de crítica) y carroñero (que lo digan los trabajadores de Clarín)
El mapache lanaticus variedad: Sobam Culus Magneticus, es un prociónido sobrealimentado al punto de ser confundido con el gorila albino Copito, o con un hipopótamo con tiradores.
Es considerado plaga, sobre todo en habitats de medios de prensa devastados por este bicho, y pronto lo será en Radio Mitre si no levanta el escuálido share que esta registrando.
Por el contrario, el mapache austral, conocido como mayuato u osito lavador, es un animalito de lo más simpático que puede encontrarse en el norte argentino.
El yaguareté en efecto, amigo POLO, necesita muchísimo territorio como coto de caza, para sobrevivir.
Algunos científicos opinan que la superficie ideal oscila entre los 80 a los 100 km2 para un macho adulto.
De manera que, para los proyectados en este estudio 100/150 yaguares, los 6700 km2 de área destinada serían, no como ese monoambiente en donde Ud. residió por años, pero si como un PH, dos ambientes, sin dependencias.
Me impresionó lo de la especie en extinción "el pony duhalde", que comenta Sagardúa.
Seria el único equino que depreda tiburones, y vive hospedado en el Conrad 6 meses al año.
Entiendo que podría ser ecológicamente positiva su reinstauración en el Iberá, pero dudo que eso haga feliz a los pobladores.A lo sumo prepararan las escopetas.
Justamente Iris, esta es la principal complejidad que señala el científico.
El paso de los yaguaretés de su zona núcleo a la secundaria y a las areas periféricas a su territorio de caza, puede amenazar el ganado de monte de las estancias de la zona.
Harian falta recursos de fundaciones ambientales y del Estado Nacional y Provincial, para monitorear permanentemente a los ejemplares que se reinserten en los esteros, de manera de evitar conflictos peligrosos con los pobladores.
Por otro lado, estos se verian beneficiados directamente, puesto que una atracción turística como un "safari" fotográfico por el Iberá repoblado de Yaguares, bien promocionada, seria un verdadero filón para los pobladores, que podrian ofrecer alojamientos y guiadas a turistas de todo el mundo.
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