AL MIDACHISMO-PRO LO INFLARON TANTO QUE SI SALE SEGUNDO DECEPCIONARÁ A SUS FANS.

No se ha visto tamaño despliegue mediático por un candidato (que en esencia es una bolsa de aire tamaño small) desde el fallido operativo "Hola me llamo Ernesto, soy su futuro presidente".
Un tipejo vulgar y prejuicioso, de escasas luces intelectuales y nula formación, de rancia ideologia noventista (aunque le dibujaron un perfil "antipolítico") y con acompañantes afines.
Pero eso sí, munido de barrial y pícara intuición para decirle al interlocutor, al humilde y al que no lo es, lo que quiere escuchar. Y tambien dotado de algún carisma y simpatia, con el cual logró llegar con fuerza a sectores populares y medios santafecinos, en forma inesperada.
Esto produjo una fiebre por inflarlo exponencialmente, tratando de instalarlo como un posible ganador a la gobernación.
Pues bien, esa fantasia culmina el domingo, con un resultado que muy dificilmente sea otro, que el de Bonfatti ganando la gobernación.
El despliegue mediático por convertir al clown en estadista, contó hasta con la colaboración del lider mudo (a pesar de que en febrero lo habia ninguneado destempladamente a Del Sel).
Tentado por usinas macristas (y magnetistas), Lole salió a dar su telegráfico, pero palpable aporte.
Con eso traicionó sin culpa alguna, el trabajoso acuerdo hecho por su propio sector para ir a internas del PJ-Santa Fé en forma conjunta, y apoyar al que resultara ganador.
Pero lo del escamoso y taciturno sojero de Llambí Campbell, no es la causa sino el efecto.
El peronismo santafecino en verdad, está muy lejos de marchar unido a la elección, y se ha dividido en dos, cambiándose muchos de bando, hacia otro partido como es el pro, saboteando con ello las chances de arrebatarle la provincia a los socialistas mormones.
Si algún triunfo puede anotarse al mierdachi es justamente ese:
impedirle al persistente y batallador Agustin Rossi,llegar a la Casa Gris.
Empero, la instalación del cualunque candidato ha sido tan exagerada, amplificada y triunfalista, que un segundo puesto -que hace meses, hubiera constituido una hazaña inverosímil- se leerá ahora como insuficiente, por la expectativa montada como un circo, sobre este muchacho tan limitado.
Sin perjuicio de ello, es de manual que la oposición verdaderamente existente, (es decir el gran empresariado y sus medios deformadores de opinión) tratará de usar un eventual -repito, aunque ahora con gusto a poco- segundo puesto, como "el signo inequívoco de un cambio de tendencia" para el 23-OK.
¿Pero que proyección nacional podrán hacer?
Pueden decir, con razón, que un triunfo de Bonfatti levantará la intención de voto presidencial de Hermes Binner en su provincia, llegando a superar a Cristina por varios puntos.
Pueden agregar, que tal vez ello incremente las posibilidades de llegar a gobernador de su aliado Luis Juez en la docta.
Pero no mucho más.
Fuera de "San-Cor", el Frente Progresista es virtualmente testimonial.
Preguntenlé sino al enojadísimo, pePino,que les mandó cartas acusándolos de "traidores", en especial a su enemigo íntimo Claudio Lozano.
Por lo tanto, un triunfo socialista en Santa Fe, no sólo es previsible, sino que no es determinante en absoluto en términos nacionales.
Ni hace falta decir, lo poco que aportará a otras candidaturas opáceas, como la de Ricardito. O lo cuasi insignificante que será para la deshilachada candidatura de la lider cívica colacionada.
El desempeño de la rata de laboratorio midachense, será útil entonces, para sacar conclusiones socio-políticas distritales, no tanto para la primarias de agosto, sino para la futura gran elección.
En efecto, los votos de Del Sel no colectarán necesariamente a Duhalde, por más que este lo proclame con su mueca facial vendehumo, sino que serán fruto y cosecha de un danzarin de derecha populista, que no se atrevió a salir a las pistas octubrinas, y que no podrá reclamarlos sino hasta las legislativas de 2013.
Un tanto lejos en el tiempo.
Sobre esta masa de votantes, habrá que trabajar territorialmente entonces, para que al menos un tercio vote por la reelección crisnerista en ciernes.
Ya con su ídolo pasado de moda en pocas semanas, al perder en definitiva, pese a las expectativas alimentada, la tarea no tiene por qué ser descabellada.
Deberá eso sí, hacerse con sintonia fina y sin descalificativos.
No se trata de porteños ombliguistas, seudo "sofisticados", y de conducta sufragante gorilomorfa (línea Alsogaray-Cavallo-Delarua-Lopez Murphy-Macri), sino de votantes afines a la cultura peronista y populista, que hay que recuperar de una ilusoria opción que tomaron, en base a la empatia con un cómico.
Así que atento ello, hago mi humilde aporte desde este blog, y me referiré al enano de Mierdachi, por última vez en estos términos.