MENOS ZOMBIES QUE LA OTRA VEZ:

TNene y clarinete le pusieron garra y buscaron plano cerrado y zócalo para inducir a lobotomizadas teleaudiencias redundantes a pensar lo contrario. Empero las imágenes del Obelisco, media Plaza de Mayo sin canteros y Congreso, no dejaron lugar a dudas. La marcha de los zombies percusivos si bien importante en decenas de miles, no logró superar su última edición de noviembre, y todo indica que ha disminuido en número de asistentes. Ni las cámaras truchas de Jorge Marcelo Lanata, ni el uso carroñero de la pobre gente que murió en La Plata, aumentó el número de homúnculos dispuestos a tachín-tachinar. Como siempre, se observó clase merdia para arriba con sus antidemocráticas exigencias ("Que se vasha la shegua shaaaa") y sus ombliguistas reclamos ("No a la asignación por coger, no a mantener vagos"). A lo que se agrega la moralina anticorrupción (reacia a ver la corrupción macrista o de cualquier opositor político o empresario corporativo, como si esta existiera solamente en el oficialismo). Asimismo, crece la impostura "institucionalista", y se escuchan demandas en favor de la "justicia independiente" (entelequia que debe leerse como no tocar los privilegios y negocios de la famiglia judicial). El biotipo cacerolo proviene en buena parte del mismo sector social que con doble moral votó al menemismo-alsogaraismo del deme dos en Miami. Incluso hasta el último estertor del colapso neoliberal en la Argentina. Hoy suspira por la restauración de la ortodoxia que les promete Maurizzio. Por otro parte, como una ley de Murphy que los castiga ad infinitum, el patético colectivo polítiquero de tipo grupo Ajjj, que estuvo tímido para mostrarse con las multitudes recoletenses en la última marcha, hoy que se sumó entusiasta a la convocatoria, ésta no logró el éxito de taquilla esperado. Recordemos que el cacerolelismo "espontáneo" eclosionó inicialmente como una suerte de movimiento de indignados cambiarios, levantando un declamativo "que se vayan todos". En una etapa "superadora" se organizó en mesas chicas, buscando fusionarse con los distintos fragmentos en que se divide la deposición. El objetivo: el mismo que motivó al Inyenieri Blumberg en su momento, "agarrar un cargo". Los políticos opositores a su vez huérfanos de masividad, recibieron como una bendición a los recoletenses en procesión masiva zombie, y compitieron entre si por quién les succiona con mayor ahínco los cuartos traseros. El problema es que no hay tantos cargos para ofrecerles en las listas, y los cacerolos más conocidos empiezan a quejarse por lo que califican, "el hermetismo de los partidos políticos que no le da su lugar a la gente nueva que está surgiendo y lo merece". A su vez, los distintos fragmentos dirigenciales, están muy ocupados pujando entre sí por el mismo mercado electoral. Por ejemplo la Diputonta (Nota: no es más "Vicky", ahora se hace llamar "Viki". Así suena más a Vikinga y no tan a gronchita, diría Alfonso Prat Gay) debe competir con PePino, Lelita y los del GEN para capturar voto de izquierda demoliberal. Y mientras se ofrece como lo nuevo, marcha del brazo de Coti Nosiglia y el viejo tronco radical. Por su parte Huevolín Piumatto busca conseguir colar su candidatura "peronista" en listas Pro, tarea en la cual confia lo ayude la presión ejercida por Hugo Timoteo Vandor y el Pálido Lavagna sobre los armadores macristas. El judicial moyánico debe pujar por un lugar a ser votado por el espectro centroderechoso porteño, con Proáceos de origen menemista que responden a Ritondo y Chantilli, con gente del Momio Venereas, con Pato Bullrichistas, y puede que hasta con denarvaistas como Amoroso y Graciela Ocaña (Nota: Quién hubiera dicho que Moyano iba a terminar negociando en el mismo espacio que satelizan sus ex-enemigas mortales "La Piba" y "La Hormiguita". Es notable como la causa para salvar a la república une a la gente). En suma, no es fácil la tarea como para que encima reclamen incorporarse a la grilla de candidatos, Santrolos, Sonantes, Luchos Bagallos y facebuqueros "espontáneos" varios. Para colmo a tan pocas semanas del cierre de listas, lo cual hace necesario que se acelere la rosca política y se tomen decisiones. Volviendo a la convocatoria, consejo amigos cacerolelos: a no bajonearse por la declinación numérica. Organicen uno todos los jueves. Es más barato que ir al psicólogo y hacen un poco de catarsis. Aunque por la exaltación goriloviolenta de parte de la multitud ateflonada, no les vendría mal una visita al psiquiatra.