CARRIÓ SACA PASAJE-ANDAHAZI UN TANTO PERTURBADO

Finalmente, la bola moral naranja efectuó una movida clave para preparar su eyección del Macritanic.

Se trata de un inédito pedido de juicio político a un ministro de rima fácil y consolidada dentadura, quien para los carriotistas es un simple “burócrata obsecuente” del titiritero que maneja los hilos del poder judicial, quien sería el inefable binguero Angelici.

Elisa Avelina con su clásico y cuasi idiota “lo digo en broma”, venía amagando con meter violín en bolsa, a la espera de un llamado al pie del ndranghetto MM, tal vez soñando con el ofrecimiento de éste del ministerio de persecución judicial para algún lilito de su elección, o alguna prebenda de similar importancia.

No sucedió, el félido subitálico le hizo conocer a Lila su enojo calabrés con un gélido saludo en un encuentro de marketing cambista.

A la noche siguiente, invitada a la mesa en decadencia de la momia Legrand (con un exiguo rating fluctuante en torno a los  6 puntos, lo cual denota también el desinterés del televidente masivo por el cabaret oficialista) Lililla redobló la apuesta.

“Perdí la confianza en el presidente en la lucha contra la corrupción”, y “le doy seis meses de plazo, para que no haya ruptura”, fueron los cartuchos de dinamita que dejó encendidos en todos los puentes que lo comunican con su aliado, en tránsito a dejar de serlo.

Se sabe que la denuncia de juicio político será inexorablemente cajoneada por el macrismo, y se repartió la instrucción marcospeñista de ignorar toda bravuconada de la voluminosa chaqueña. 
De manera que la Carrió podrá optar por: 
a) esperar los seis meses del emplazamiento, lanzando de tanto en tanto algún misil de mediano poder contra Olivos, para no perder visibilidad en los diarios. Y al cumplirse el semestre (coincidente ex profeso con el cierre de listas electorales) producir la ruptura o no, según lo que pueda rosquear con su socio mayor; 
b) pasar de  pantalla y escalar el nivel el conflicto, a efectos de romper a la mayor brevedad, con la evidente intención de escaparle al tobogán de pérdida de imagen que representa continuar apoyando a un gobierno en recesión con alta inflación,  desempleo y pobreza en aumento.

En ese supuesto, Elisa cuenta con dos proyectiles con cabezal atómico para hacer implosionar a la segunda Alianza de inmediato: 
1) Hacer hincapie en los 70 mil palos que la dinastía Macri le adeuda al Estado por el Correo.  2)Empezar a criticar la política macrieconómica de ajuste demencial efemeiano, en la cual quedaron atrapados los cambistas (con la bendición insensata y entusiasta de la propia Carrió).

El primer tópico -de todo el enorme cúmulo de casos de corrupción que involucran a la famiglia del fallido presidente- es tal vez el que más potencial tiene para suscitar indignación social, junto con el saqueo tarifario.

Mucho más que las complejidades financieras de los cientos de off shore y cajas chinas societarias radicadas en paraísos fiscales, que contienen firmas fantasmas controladas por Socma, constituídas para fugar cientos y miles de millones de dólares en las últimas décadas. 
Más que el blanqueo de testaferros familiares como Gianfranco o Ángelo, o que la estatización de 200 millones de dólares que el grupo Macri declaraba como “deuda” en 1982.
Más que las cloacas de Rouselot, el contrabando de Sevel, los sobreprecios en docenas de  contratos con el Estado que se acumulan en el prontuario del clan, lo cual curiosamente no cala hondo en el siempre indignado ciudadano honestista.

En parte gracias a la cobertura mediática, en parte merced a la hipocresía, la doble moral y la memoria selectiva del votante “del cambio”.  

Sin embargo, las características de mega saqueo al Estado por parte del Grupo Macri en el asunto de Curreo Argentino, son potencialmente explosivas y hasta podrían llegar a despertar la adormilada conciencia de Globerto, el atribulado votante promedio del ceoliberalismo.

Menciono algunas: el grupo jamás se dignó a pagar ¡ni un sólo! canon de 300 millones de dólares anuales pactados en el contrato de concesión, durante casi trece años. 
No se privaron de anudar complicidades con un socio, un tal Odebrecht, en extrañas operaciones de lavado y vaciamiento. 
A poco de ser electo presidente, el heredero MM pretendió auto condonarse el 99% de la monumental deuda con el erario público. 

Como broche de oro y en el colmo de la mafiosidad, la famiglia inició causas al propio Estado, reclamando sumas mucho mayores a las que estaba dispuesta a pagar como licuada indemnización (para colmo con generosos plazos a 20 años y en cuotas sin interés).  

Hoy se conoció el decreto firmado por la vice Michetti cerrando definitivamente el sumario interno, sustanciado en su momento por el ex Procurador del Tesoro Balbín, quien apuntaba a la responsabilidad de Aguad y otros funcionarios de menor nivel, con la turbia maniobra presidencial. Todo lo cual le valió a Balbín ser removido en su cargo y reemplazado por el abogado de Socma, Saravia Frias. 
Y cuan poco disimulados pueden ser los ndranghettos con sus trapos sucios de familia.     

Si bien la bola moral naranja se lavó las manos en su oportunidad, y hasta se permitió esbozar una suerte de farsesco certificado de buena conducta de MM en el pestilente negociado, podría la misma Carrió con una sóla oración, apenas un certero tuit, fulminar toda la risible pantalla de legalidad y moral republicana que coadyuvó a montar en la figura del opaco felino.

MEDIÁTICO SUBESCRITOR AL PALO:

La consecuencias de una eventual fuga de Elisa de la malograda nave cambiemita, podría ser disruptiva también para una parte de la pecera de personajes menores amarillos, que nadan en círculos concéntricos y endogámicos, parasitando detritos de pauta publicitaria en la asfixiante cadena mediática oficial.

Es el caso del pseudo escritor Andá!Nazi, que se apresuró a tomar partido contra el ministro rimado, al que acusó de nombrar como asesora a una ex procuradora bonaerense involucrada, según Carrió, con crímenes del narcotráfico.

Empero al ilustrar su tuit, al homúnculo se le fue la mano. 
En lugar de linkear imágenes de la dra. Falbo (“Falvo”, según el por demás turbado sujeto) el confundido seudointelectual, pegoteó imágenes de un fornido transgénero de notoria envergadura, con el cual, muy probablemente, estuvo cascándose manualmente minutos antes.

El gaste en las redes antisociales fue inmediato, desatándose un tsunami de memes mofándose del excitado columnista de Leuco. 
Quien fue rebautizado simpsonianamente para la posteridad como, "alias, el cochinote”.