MÁS AMIGOS BRASILEROS DE MACRI EN PROBLEMAS

Luego de volver de su gira por EEUU, el notable estadista Mauricio Cat sobreactuó para el establishment, un realineamiento de tipo noventoso y cárnico con su amigo Donald. 
No obstante ello, los anuncios contantes y sonantes de inversiones norteamericanas en estas pampas brillaron por su ausencia, dándose en cambio una situación capusotiana al inaugurar Cat una multimillonaria inversión de Techint, pero en Texas.  

Sabido es que el megagarcaje blanqueó una importante parte de su botín en el exterior, no por amor  a Mau sino por espanto a la creciente caída del secretismo en los paraísos fiscales. Empero, repatrió una ínfima parte de esos fondos declarados. 
Mientras tanto los voceros de prensa corporativos reclaman con mayor o menor vehemencia un ajuste fiscal en shock para dar lugar a una rebaja de impuestos a los sectores más ricos (lo cual traería inevitables turbulencias políticas) condición sine qua non para que sus patrones decidan entonces, sí se dignan a invertir en la economía productiva argenta y dejan la zona de confort en la bicisenda financiera de Sturze.

Con todos esos antecedentes, los estrategas en política exterior del subpresidente le recomendaron no esperar más la lluvia de inversiones foránea ni el altruismo del empresariado local, e ir en cambio en procura de la lluvia de riquezas chinas.

Volose Mau hacia el lejano oriente, para firmar de nuevo lo ya firmado por el gobierno anterior en convenios por represas y otras inversiones por diecisiete mil millones de dólares.

Y que terrible es la pesada herencia.

Como dato simpático, el infrapresidente le exhibió en su Iphone a Xi Jinping, las imágenes de un gol de tiro libre que convirtiera en la quinta Los Abrojos, en un picado con sus amigotes.

“El chino quedó encantado con mi gol”, exclamó Chance Gardiner, luego de depositar una ofrenda floral en el mausoleo de Mao-tse-Tung. 
Ya casi no puede distinguirse cuando Mau habla en chiste, o cuando se expresa con la seriedad del humorismo involuntario.

El semi ministro de buenas noticias, Dujovne, anunció esta semana “bosques” y ya no brotes de recuperación económica para nuestro país.
Por ahora sólo se verifican en los simpáticos papers que elabora este pequeño burócrata tan propositivo.

Hace poco el medio ministro arriesgó que el socio brasileño traccionaría fuertemente al país en su recuperación, la cual según él ya se estaba iniciando en el marco de la estabilidad institucional conferida por Michel Temer.

Estas proyecciones se formularon antes de las últimas noticias que llegaron del país vecino, mostrando al borde del precipicio al presidente golpista, y en gayola al principal candidato neoliberal, el senador Aecio Cometero Neves, mientras se derrumbaba el Bovespa y sufría una fuerte devaluación el real.

De manera que el espejismo traccionador brasuca pincelado por Dujovne, por el momento quedó sepultado por el marasmo político que está en plena eclosión.

Mientras tanto otro “brasilero”, Gustavo Arribas, quedó tecleando por la delación concreta de Meirelles, el pagador de coimas de Oderbrecht. Todo lo cual reactivó la causa penal que había sido frizada sin pudor alguno por Canicoima y el fiscal Amoldado.

Por su parte el Congreso argentino en forma unánime citó al jefe de los espias para que de explicaciones, y hasta algunos miembros de la alianza oficialista juzgaron prudente que de un paso al costado en la AFI. 
El fulano Arribas, “un especialista en eso de las trampas”, como lo definió un Macri desbocado ante el reportaje complaciente de una biógrafa patrocinada por el Grupo Clarín, por ahora hace silenzio stampa mientras lo sigue bancando el amigo presi que le presta un piso en Palermo Chico.

Y así como Michel Temer dice que no piensa renunciar, Mauricio Cat asegura que “el brasilero” está más firme que nunca en el cargo.

La realidad está quemando los bosques de Dujovne y nadie hace nada.