SEIS MONOPOLITOS ESQUIZOFRÉNICOS:

Llamativa bipolaridad exhiben hoy opinólogos de primera línea del oligopolio a desguazarse de calle Tacuarí. El editor de la corneta, el fervoroso ex monto Ricardo Roedor, sanatea un triunfalismo que no siente, y con tono de matón da a entender que siguen siendo igual de poderosos. Lo cual resulta contradictorio con tantos años de poner palos judiciales y repetir el sofisma que rezaba que si los obligaban a dividirse iba a desaparecer la libertad de expresión. Por su parte, desde el llanto, Jazmín Moraleja Solá lloriquea prevenciones y reitera la lamentable teoría que expusiera el abogado colorado yetatore en esa histórica audiencia ante la Corte Suprema, que dejó a los clarinistas tan evidencia. Según ese mega-corporativo argumento, sólo si cuenta con un gran poderío económico, un grupo mediático puede ser "realmente libre e independiente". En ese dislate de ideas, se alarma Joaco por los mayores costos operativos que tendrán los nuevos seis grupos de empresas y por su sustentabilidad. En su obsecuencia genuflexa hacia el ceo Tito Mañeto, tal vez Jazmín expresa su aprensión frente a la rumoreada posible venta de la parte del león de cablevisión por parte de los magnéticos, para limpiar los pasivos y poder concentrarse en sus negociados emblema (ergo: canal 13, radio Mitre, TN, Expoagro, etc.). En fin, de aca a 6 meses se sabrá si los monopolitos a crearse y sus nuevos directorios, cumplen con la ley de medios, o habrá que seguir poniendo en caja a esta muchachada tan remolona en ajustarse a una ley democrática perfectamente constitucional. Después de ello, Clarín seguirá manteniendo su posición dominante (la ley de medios después de todo es una ley antimonopólica laxa, no tan estricta, suave si se quiere). Empero, las aspiraciones clarinistas a la expansión y concentración ilimitada, han quedado impedidas por una ley legítima. Verdadera razón esta última, por la cual el oligopolio dedicó tanto tiempo a incumplirla. De perogrullo es que el triunfo del gobierno nacional, ante el grandote extorsivo y matón al cual nadie se le animaba, es uno de grandes hitos de este ciclo K. Siempre con la ley de la Democracia en la mano, y sin dar pasos en falso como ser alguna apresurada intervención contraproducente. Para el inodoro de la historia quedará el alarmismo sobreactuado de los Tnbaums, Lanatas y demás periodistas militantes magnéticos. Como así también las febriles y "desinteresadas" gestiones y chicanas de Carrió y demás legisla-empleados en favor de los de calle Tacuarí. Es que pese a ser tan "stalinista", el moronense Sabatella sí que anduvo durante toda esta pelea, bastante flojo de gulags.