ZAMBUSSETI SE DEPRIME (II)

Ultima entrega de la crónica del Licenciado Zambusseti, enviado especial a la marcha anti-gay, en exclusiva para El Politologo Paleolítico: 

"Llegamos por fin,  las columnas de la santidad, frente a ese Congreso chapucero, mentecato e irreverente que dio media sanción a un proyecto demoniaco, pero que confiamos  frene en ultima instancia. Sorpréndome en grado sumo, cuando desde el escenario informan que habia 200 mil personas. Me pareció un número modesto, para la importancia histórica de la movilización. Asi que alarmado le pido al adjutor Pirinchetti, actuario del colegio privado al cual represento, que efectué un cálculo más fidedigno de la concurrencia. El profesional contable, caminó a lo largo y ancho de la multitud, hizo algunas anotaciones, efectuó cálculos, eliminó la superficie ocupada por ambulancias, puestos de panchos y merchandising sacro. Tras varios minutos, me dio su dictamen.

-Hay 34.794 personas, en una superficie de aproximadamente 9.987 metros cuadrados, Licenciado Zambusseti.
-Pero, hombre, ¿Qué locuras esta diciendo? ¿No ve que hay aqui al menos medio millon de almas movilizadas en esta guerra de Dios?
-Es que me dio eso, porque según los espacios vacios hay tres personas por metro cuadrado, y los metros de largo y ancho ocupados son respectivamente….
-¡¡Pero cállese hereje, pederasta numerológico, voy a hacer que lo despidan por inepto de la institución!!.

Monte en cólera ante el impertinente hombrecillo, y lo derribé propinándole un bastonazo en testa. Luego le dije a los curiosos que me rodeaban, que se trataba de un sodomita que se habia confundido de manifestación. Ante lo cual el adjutor fue pisoteado y aplastado por decenas de justicieros zapatos de Dios. Maltrecho y agonizante, el desgraciado fue finalmente ensartado sobre una gárgola de Avenida de Mayo .
Eché un manto de piedad a este desagradable episodio, y me mezclé con la gente, para inspeccionar in situ, el grado de cohesión beatífica de la abigarrada muchedumbre. Quedé atónito, si bien la concurrencia católica, apostólica y sotánica, era muy importante… ¡Habia apóstatas evangélicos por todas partes! Muchos de rasgos indígenas, blacks heads, y lo que es infinitamente peor…¡Judios ortodoxos! ¿Es que no hay aquí derecho de admisión? En haras de amontonar gente, permiten ese dislate, esta sopa pútrida que mezcla gente decente con chusma despreciable. Pensé que iba a asistir a una misa en latin en favor de la familia, ante un rebaño blanco y elegante, y me encontré con gentuza que coreaba canciones de un grupo de rock religioso, barbudos de sobretodo negro, salidos de sus tiendas del Once, y pardaje conurbanense de baja estofa, con indumentaria imititativa comprada en La Salada. Desanimado, estaba a punto de irme, cuando la divisé y mi espiritú cambio. La reconoci de inmediato, la heroica, esbelta, serena e inspiradora, Cecilia Pandereta, estaba alli. Como siempre, del lado correcto de la lucha, en la trinchera adecuada.
Muy cerca, el fûhrer argentino, Alejo Biondónico, y su socio politico el Dr. Pirattini, famoso por sus multiples denuncias incoadas contra la tirania bolche-troskista. Detrás de ellos, algunos muchachos de cabezas rapadas, que agitaban banderas con símbolos inconfundibles para el ojo entrenado.
-Que gusto de verla, Ceci, soy el Licenciado Zambusseti. Acabo de ver algunos negros y judios infiltrados a esta marcha, lo cual es el colmo de los colmos, cuando se supone que venimos aqui luchar contra los maricas. Je, je, je.
Ceci, me miró comprensiva, se rió de mi ocurrencia. Reconfortado por esta bella heroína de la Patria, comencé a gritar a voz en cuello, una consigna para impresionarla, para que admire mi compromiso con la causa,
-¡Se va acabar, se va acabar, la dictadura Ho-mo-K !.
Salté, bramé, batí palmas, para que se extienda, para que los movileros de la TV puedan reproducirla, para que TN se regodee con una multitud inmensa repudiando a los Kirchner, para que Lapegue prenda y apague, prenda y apague…. Pero no, no tuve éxito.
Unos imberbes pentecostales, vestidos con banderas y camisetas de Boca (sic), deformaron mi ingenioso latiguillo, y lo bastardearon con su grotesca forma de expresarse:
-Se va acabar, se va acabar, la dictadura ho-mo-se-Sual (sic).
Fue demasiado, me retiré de la Plaza del Congreso, sumido en oscuros y funestos pensamientos. Tal vez el poder del Tribunal de los Santos Oficios logre frenar hoy esta ley que desafia el orden natural, pero ¿por cuanto tiempo más?
Cuan lejos estamos de esas idilicas epocas de 1994, en las que el Arzobispo Quadrachino, decia por ATC que a los gays y lesbianas, habria que confinarlos en una isla, para que vivan alli, sin contaminar al resto. Y Lita de Lazareto, tenia una columna en ese canal, donde a menudo recordaba que los gays son enfermos mentales.
¡¡Y no existia el INADI !!.