Ricardo Lechuga Roedor es uno de los capangas más prepotentes de la redacción tacuariense. Ex oficial monto supérstite, Roedor tiene puesta la camiseta corporativa de Papel Prensa Clarin hace décadas.
Cuando no maltrata empleados, buscando maximizar la plusvalía para su jefazo Tito Mañeto, Lechuga escribe editoriales, en los cuales suele mezclar la militancia anti-k tiempo completo, con la moralina de quienes abrazan el honestismo táctico, mientras a su alrededor se abren cuentas en Suiza no declaradas.
A veces Lechuga parece salirse un poco de la pelea polítca para abordar temas puntuales de la problemática social.. Parece nomás, puesto que su discurso imperante: " esta todo mal, todo en decadencia", le sirve para seguir pegándole por elevación al gobierno.
El caso del profesor Porro (a veces parece que hicieran un casting de apellidos) le venia como charuto al dedo a Roedor, para apostrofar sobre la falta de respeto a la autoridad y la falta total de límites. Culpa de la yegua todo, obviamente.
Y así, con el apresuramiento del magnetismo que hace rato ha dejado de chequear y profundizar la información, en el clarin de hoy sale un editorial de Lechuga, en apasionada defensa del enevenenado Porro.
Helo aquí.
"el miércoles pasado una alumna de 12 años había puesto insecticida en la botella de agua de un profesor que sufre de diabetes y que por eso debe tomar mucha agua. Era veneno para cucarachas. El profesor terminó en terapia intensiva.Podríamos habernos preguntado: ¿Nos desconcierta? Sí y no. ¿Por qué sí? Porque no es raro que un alumno odie a un profesor pero es muy raro que llegue a semejante nivel. A los 12 años algo funciona muy mal si se ignora qué es lo que puede matar a un ser humano. ¿Y por qué no? Porque la escuela es un reflejo de lo que pasa afuera. Un testimonio de ese limbo en el que viven tantos, donde no hay límites y donde falta precisamente el principio de realidad.Al principio pensamos en una patología, a la que la psicología podría darle respuesta. No parecía un clásico problema de violencia escolar. De hecho, tres chicos de esa escuela de Villa Ballester se habían animado a lo que hoy parece prohibido: alertaron al profesor y señalaron a la culpable.La madre confirmó que en su casa había un insecticida y la escuela separó a la hija. Debía sancionarla, claro. Lo que pasó es muy grave. Miguel Angel Porro, el profesor que terminó en una ambulancia e internado, apareció ayer en los medios. Dijo que no siente animadversión por la chica, que “no estudia” y proviene de “un hogar destruido”. Con ella “no me llevaba mal, simplemente le ponía un límite. Decirle a los chicos que estudien es ser exigente”. Dejar de exigir es dejar de educar.
Dio por hecho que fue envenenado. Puede haber sido así pero también puede haber sido diferente. O dicho de otro modo: ser en parte cierto y en parte no. Un médico de la clínica donde fue internado le dijo a Clarín: “no hubo envenenamiento ni intoxicación. Preventivamente se lo internó en terapia intensiva. Acusaba algunos síntomas pero clínicamente estaba bien”.¿El profesor fue envenenado o se sintió envenenado? Esa es una cuestión. Quizás fue el miedo lo que hizo que se descompusiera. No uno sino tres alumnos le dijeron que había insecticida en la botella de la que bebió. Esa botella fue enviada a analizar. La otra cuestión es que todo haya sido una broma pesada: de 22 estudiantes, ha aplazado a 14.Porro tiene 67 años. Confesó ayer que piensa dejar la docencia. Se entiende. Si la dejara ¿quién ganó?".
Sin embargo, a Lechuga su nuevo héroe Porro le pegó muy mal, toda vez que de inmediato salieron a la luz escabrosos antecedentes del mártir docente.
Leemos en Diario Registrado:
"... tras conocerse el caso, comenzaron a salir a superficie voces que cuestionan la conducta del docente, calificándola como la de un acosador, que eventualmente "manoseaba" a sus alumnas. La primera voz que se escuchó al respecto que la de Andrea Jaet, exalumna del docente, quien primero relató su parecer a través de Facebook y luego lo reiteró a través de radio Vorterix. "Es el mismo profesor que en 1996 un grupo de estudiantes del Profesorado de Teatro del Conservatorio (en el que yo estaba) apartamos del cargo por acoso sexual, a una alumna, en lo que se llamaba cursos de extensión... él es Miguel Ángel Porro", escribió Jaet en su perfil de la red social. Mariana Pizarro, otra exalumna de Porro en el Profesorado de Teatro del Conservatorio, aseguró que cuando era su profesor se comportaba como "una persona muy violenta, acosador sexual que ejercía violencia verbal y simbólica contra nosotros. Por eso pedimos que lo apartaran del cargo mientras era nuestro docente". "Yo como presidenta del centro de estudiantes fui cientos de veces a la Justicia para hacer la denuncia de lo que hacía con las alumnas porque ellas no se animaban. Ni me escucharon", agregó. Además dijo que Porro, entonces profesor de actuación, "llevaba a las jóvenes hasta su casa, en el auto donde las estimulaba sexualmente, las encerraba y les decía que ellas en realidad lo disfrutaban pero que no se lo estaban permitiendo y que cuando se liberaran iban a poder ser mejores actrices". "Siempre se jactaba de la escena que HABIA PROTAGONIZADO A UN MILICO QUE ABUSA de María Clara Ciocchini" en la película 'La noche de los lápices', y "NOS DECIA QUE HABIA DISFRUTADO DE HACER ESA ESCENA", añadió Pizarro por A24...".
No sé por qué creo que Lechuga no va a escribir un editorial rectificatorio, y se va a hacer bien el boludo con el profesor Porro.
Como lo hace con las cuentas en Suiza de varios ejecutivos del grupo.
Cuando no maltrata empleados, buscando maximizar la plusvalía para su jefazo Tito Mañeto, Lechuga escribe editoriales, en los cuales suele mezclar la militancia anti-k tiempo completo, con la moralina de quienes abrazan el honestismo táctico, mientras a su alrededor se abren cuentas en Suiza no declaradas.
A veces Lechuga parece salirse un poco de la pelea polítca para abordar temas puntuales de la problemática social.. Parece nomás, puesto que su discurso imperante: " esta todo mal, todo en decadencia", le sirve para seguir pegándole por elevación al gobierno.
El caso del profesor Porro (a veces parece que hicieran un casting de apellidos) le venia como charuto al dedo a Roedor, para apostrofar sobre la falta de respeto a la autoridad y la falta total de límites. Culpa de la yegua todo, obviamente.
Y así, con el apresuramiento del magnetismo que hace rato ha dejado de chequear y profundizar la información, en el clarin de hoy sale un editorial de Lechuga, en apasionada defensa del enevenenado Porro.
Helo aquí.
"el miércoles pasado una alumna de 12 años había puesto insecticida en la botella de agua de un profesor que sufre de diabetes y que por eso debe tomar mucha agua. Era veneno para cucarachas. El profesor terminó en terapia intensiva.Podríamos habernos preguntado: ¿Nos desconcierta? Sí y no. ¿Por qué sí? Porque no es raro que un alumno odie a un profesor pero es muy raro que llegue a semejante nivel. A los 12 años algo funciona muy mal si se ignora qué es lo que puede matar a un ser humano. ¿Y por qué no? Porque la escuela es un reflejo de lo que pasa afuera. Un testimonio de ese limbo en el que viven tantos, donde no hay límites y donde falta precisamente el principio de realidad.Al principio pensamos en una patología, a la que la psicología podría darle respuesta. No parecía un clásico problema de violencia escolar. De hecho, tres chicos de esa escuela de Villa Ballester se habían animado a lo que hoy parece prohibido: alertaron al profesor y señalaron a la culpable.La madre confirmó que en su casa había un insecticida y la escuela separó a la hija. Debía sancionarla, claro. Lo que pasó es muy grave. Miguel Angel Porro, el profesor que terminó en una ambulancia e internado, apareció ayer en los medios. Dijo que no siente animadversión por la chica, que “no estudia” y proviene de “un hogar destruido”. Con ella “no me llevaba mal, simplemente le ponía un límite. Decirle a los chicos que estudien es ser exigente”. Dejar de exigir es dejar de educar.
Dio por hecho que fue envenenado. Puede haber sido así pero también puede haber sido diferente. O dicho de otro modo: ser en parte cierto y en parte no. Un médico de la clínica donde fue internado le dijo a Clarín: “no hubo envenenamiento ni intoxicación. Preventivamente se lo internó en terapia intensiva. Acusaba algunos síntomas pero clínicamente estaba bien”.¿El profesor fue envenenado o se sintió envenenado? Esa es una cuestión. Quizás fue el miedo lo que hizo que se descompusiera. No uno sino tres alumnos le dijeron que había insecticida en la botella de la que bebió. Esa botella fue enviada a analizar. La otra cuestión es que todo haya sido una broma pesada: de 22 estudiantes, ha aplazado a 14.Porro tiene 67 años. Confesó ayer que piensa dejar la docencia. Se entiende. Si la dejara ¿quién ganó?".
Sin embargo, a Lechuga su nuevo héroe Porro le pegó muy mal, toda vez que de inmediato salieron a la luz escabrosos antecedentes del mártir docente.
Leemos en Diario Registrado:
"... tras conocerse el caso, comenzaron a salir a superficie voces que cuestionan la conducta del docente, calificándola como la de un acosador, que eventualmente "manoseaba" a sus alumnas. La primera voz que se escuchó al respecto que la de Andrea Jaet, exalumna del docente, quien primero relató su parecer a través de Facebook y luego lo reiteró a través de radio Vorterix. "Es el mismo profesor que en 1996 un grupo de estudiantes del Profesorado de Teatro del Conservatorio (en el que yo estaba) apartamos del cargo por acoso sexual, a una alumna, en lo que se llamaba cursos de extensión... él es Miguel Ángel Porro", escribió Jaet en su perfil de la red social. Mariana Pizarro, otra exalumna de Porro en el Profesorado de Teatro del Conservatorio, aseguró que cuando era su profesor se comportaba como "una persona muy violenta, acosador sexual que ejercía violencia verbal y simbólica contra nosotros. Por eso pedimos que lo apartaran del cargo mientras era nuestro docente". "Yo como presidenta del centro de estudiantes fui cientos de veces a la Justicia para hacer la denuncia de lo que hacía con las alumnas porque ellas no se animaban. Ni me escucharon", agregó. Además dijo que Porro, entonces profesor de actuación, "llevaba a las jóvenes hasta su casa, en el auto donde las estimulaba sexualmente, las encerraba y les decía que ellas en realidad lo disfrutaban pero que no se lo estaban permitiendo y que cuando se liberaran iban a poder ser mejores actrices". "Siempre se jactaba de la escena que HABIA PROTAGONIZADO A UN MILICO QUE ABUSA de María Clara Ciocchini" en la película 'La noche de los lápices', y "NOS DECIA QUE HABIA DISFRUTADO DE HACER ESA ESCENA", añadió Pizarro por A24...".
No sé por qué creo que Lechuga no va a escribir un editorial rectificatorio, y se va a hacer bien el boludo con el profesor Porro.
Como lo hace con las cuentas en Suiza de varios ejecutivos del grupo.
17 comentarios :
Un boconazo apresurado como Roa se disimula en un rio de boconazos como tiene la oposición mediatica, que la pifia todo el tiempo.
Polito deci que el apellido era Porro y no Frula, sino las denuncias en su contra hubieran sido mucho peores.
La "crisis de valores" es un comodín que se puede usar tranquilamente en cualquier ocasión. Que este blog no tiene fotos ni figuritas? Y, que querés: La crisis de valores a la que nos somete la modernidad.
Tiene razón su casi tocayo, Polito, este blog tiene criss de valores. Por que no sube una foto del porro? Del profesor digo.
Sin embargo de produjo un milagro...Feinamnn defendiendo al porro
Más que porro se van a pegar un porrazo todos estos, cuando en el 2015 volvamos a ganar y no les quede más remedio que ir a contar las anécdotas de sus días de gloria de Papel Prensa a la cárcel.
Pero viejo que nivel de exigencia, puse fotos que saqué del actazo de argentos de hace un par de meses, ya con eso estoy hecho como ilustrador de blogs por un año por lo menos.
Igual, Saga, el compañero Polo deslizó una ironia sobre toda la chachara de esos opinólogos.
Nando: no me digas que charuto Feinmann tambien se ensartó con el profesor Porro?
Daniel: el "fin de ciclo" era como un mantra, un rezo por la integridad de su grupo oligopolico. Ahora con las cuentas en Suiza y Papel Prensa, la cosa pasa más por la lucha por la libertad... la de los magneto-boys.
si ganamos en primera vuelta se mueren, por eso tanto miedo a que la boleta la encabece CFK para el Parlasur.
Hay que entender, ese pobre profe ya tenía una marca desde chiquito, imaginen las bromas que sufriría en el patio del colegio, con ese apellido tan simbólico de lo ilegal, por eso de grande se desquitaba con esas chirucitas...
Ahora, digo yo, ¿el veneno para cucarachas es dulce?, tiene altos niveles de glucemia?, permitánme pensar que no, mi teoría es que el cosaco éste se mandó un par de alfajores triples, para hacerse el super macho de colegio y palmó y, ya saben, los idiotas no admiten la idiotez, se la encajan a otro, o sea, veneno "psicosomático" tirando a embuste y una nueva estrella televisiva, "trucho el porro" y a desfilar por los realities...
¿Y el joven roa?, elemental, Polito, la verdadera cucaracha que sobrevive al veneno, peor, ES el veneno.
Interesante teoria de Ram sobre el veneno psicosomático. Podria ser, por que no?
Y brillante ese "es el veneno" del final.
"la justicia" : http://agenciapacourondo.com.ar/secciones/mas-informacion/15982-instituto-luis-agote-murio-el-menor-que-fue-internado-con-quemaduras-graves.html
la justicia corporativa.
Otra hipótesis diferente al consumo de cannabis por parte del escriba de Magneto, estimado Polito.
Para mí Roa en vez de café, tan habitual en las redacciones, le da duro a los tecitos cargados de ayahuasca. En el estado en que te deja el brebaje y/o pócima perfectamente podés escribir las estupideces que dice este renegado. Saludos!
Entonces si es por escribir estupideces, este Roa y los demas columnistas se dan todo el año con ayahuasca, Vladimir.
Disculpen los anteriores comentaristas, pero Roa,Lanata, Van der Kooy, Pagni, Morales Sola, Majul y demases editorialistas y cagatintas en general no necesitan sustancias de ningun tipo para ser hijos de puta , son asi nomas, al natural.
estoy de acuerdo, se los ve muy sobrios cuando dicen su sarta de hijoputeces.
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